lunes, 9 de agosto de 2010

Enrique Sánchez Hernani. Pena Capital.


Autor: Sánchez Hernani, Enrique.
Título: Pena Capital.
Lugar: Lima, Perú.
Editora: Jaime Campodónico Editor – Colección Del Sol Blanco.
Fecha: Mayo 1995.
Páginas: 64.
Dimensiones: 13 cm de ancho × 21 cm de altura.
Soporte: Papel Bond impreso en offset, carátula con solapas impresa en cartulina foldcote en offset, encuadernación a la francesa.
Carátula: Dibujo por Enrique Polanco, fotografía del autor en primera solapa por Herman Schwarz.

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Enrique Sánchez Hernani es un discreto poeta que aparece en la vanguardista Generación del 70, la que llevó fervientemente el lenguaje coloquial al pedestal de los instrumentos de la milenaria poesía peruana. Aunque nunca ha destacado como sus compañeros del grupo La Sagrada Familia (en nuestra opinión el caso de Carlos López Degregori, es más mediático que poético desde la publicación de su libro Lejos De Todas Partes en 1994), la poesía de Sánchez Hernani en Pena Capital se caracteriza por un marcado arraigo inicial en la anécdota; es decir todo comienza de una circunstancia personal y de ahí se desenreda la fibra lanosa del poema. En algunos momentos el lenguaje coloquial le pasa la factura al poeta que se deja llevar por su ramplonería (en algunos poemas notamos una malísima copia de la fofa tonalidad cisneriana) y a veces no le deja poetizar con deleite el digno instante elegido, por ello creemos que los pocos poemas rescatables de este libro son aquellos de menor extensión, como el citado en el siguiente párrafo. En el texto (sin firma, escrito seguramente por Guillermo Niño de Guzmán, director de la Colección Del Sol Blanco) a modo de colofón, dice: “Escrito utilizando un lenguaje aparentemente coloquial, en el fondo con cierto barroquismo”, lo cual evidencia una mala lectura o una magnánima ceguera frente a Pena Capital, que permanecerá relegado en la memoria de la poesía peruana, pues los posteriores libros de Sánchez Hernani (los mejores a nuestro gusto) se alejan de la poética expuesta en estas páginas. Tal vez el título del mismo (sinónimo de pena de muerte) verifica nuestro sincero parecer per fas et per nefas.

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De Pena Capital leamos el siguiente poema incluido en la sección “De La Pasión Como Un Intento De Asesinato”:

Cuerpo Lisiado

Ahora que los primeros vendajes del otoño
pretenden disimular las heridas y fracturas
que aquejan a la mitad de los varones de mi ciudad
víctimas ingenuas de la crueldad de tu belleza
tu cuerpo cobijado bajo un cielo de flores ortopédicas
es algo tan absurdo y molesto
que podría darme igual cantar a la migraña
o exhibir la magulladura que olvidó tu nombre
con la insistencia de una afilada navaja.
Pero me resisto:
canto al hospital donde paseo mientras escampa
con fervor anoto esto en un cuaderno
para no olvidarlo nunca
para que jamás me alcance la neuralgia
para ser un hombre inmune ante la peste
sobre todo aquella que agravia los mecanismos del corazón.

No moriré
y tú algún día podrás oír la canción
que dé cuenta de toda esta durísima convalecencia

mi gardenia inválida.

De Pena Capital, sección “De La Pasión Como Un Intento De Asesinato”, p. 13.
© Enrique Sánchez Hernani, 1995.

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El CV del autor, incluido en la primera solapa, indica lo siguiente:

Enrique Sánchez Hernani (Lima, 1953) estudió Sociología y cursos libres de Literatura en la Universidad de San Marcos. En 1977 fue fundador del grupo literario La Sagrada Familia. Al año siguiente publica su primer libro de poesía: Por La Bocacalle De La Locura. Posteriormente ha editado Violencia De Sol (1980), Banda Del Sur (1985) y Altagracia (1989). Ha escrito ensayos (uno de ellos, sobre el pintor Víctor Humareda, pareció en el libro de fotografías de Herman Schwarz V. H. Imagen De Un Hombre) y crítica literaria en revistas y diarios nacionales; actualmente lo hace para el diario Gestión. Es corresponsal de las revistas de poesía Ulrika (Bogotá), Prometeo (Medellín) y Babel (Caracas). Ha sido editor de revistas y libros de poesía, y ha viajado a varios países invitado a festivales literarios. Trabaja desde hace quince años como periodista, sobre todo como autor de crónicas y reportajes. Fue director de suplementos en el diario Página Libre, editor del dominical Punto Aparte de El Peruano y jefe de redacción de El Suplemento de Expreso, entre otras actividades del género. Ahora se desempeña como Editor General de la revista Vea. Tiene un libro de poesía en proceso llamado Metamorphosis, y concluido otro de relatos, aún sin título.

lunes, 2 de agosto de 2010

José María Arguedas. Tupac Amaru Kamaq Taytanchisman. Haylli-Taki. / A Nuestro Padre Creador Tupac Amaru. Himno-Canción.


Autor: Arguedas, José María.
Título: Tupac Amaru Kamaq Taytanchisman. Haylli-Taki. / A Nuestro Padre Creador Tupac Amaru. Himno-Canción.
Lugar: Lima, Perú.
Editora: Ediciones Salqantay – Industrial Gráfica S. A.
Fecha: 2 de Agosto de 1962, “Año de San Martín de Porras”.
Páginas: 23.
Dimensiones: 12.3 cm de ancho × 15.7 cm de altura.
Soporte: Papel obra impreso en tipografía, carátula impresa en papel Hammermill Bond estadounidense en tipografía a dos colores, encuadernación a la francesa.
Carátula: Firma de Túpac Amaru.

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José María Arguedas Altamirano (Andahuaylas, 1911-1969), fue una de los más grandes narradores latinoamericanos (así no lo hay creído Julio Cortázar); sus libros más celebrados –a decir de expertos arguedasistas— son Agua, Yawar Fiesta, Los Ríos Profundos, Todas Las Sangres y El Zorro De Arriba Y El Zorro De Abajo. Sin embargo Arguedas, a la luz de la lectura de su nostálgica prosa, fue poeta durante toda su vida, pero no se mostró como tal hasta que editó este poema en edición bilingüe. Luego vendrían otros libros de poesía que lo pondrían en la primera línea de los poetas en lengua quechua: Oda Al Jet (Lima: Ediciones De La Rama Florida, 1966), Qollana Vietnam Llaqtaman / Al Pueblo Excelso De Vietnam (Lima: Federación de Estudiantes de la Universidad Agraria La Molina, 1969) y su publicación póstuma Katatay Y Otros Poemas. Huc jayllikunapas (Lima: Instituto Nacional de Cultura, 1972). Según Juan Zevallos-Aguilar en su ensayo “La representación de La danza de las tijeras de José María Arguedas. Contribución a la formación de la cultura andina”, Arguedas deliberadamente escribió este hermoso poema. A continuación cito a Zevallos-Aguilar:
Con este propósito, decidió publicar La agonía de Rasu-Ñiti [1962], cuento que, según el mismo Arguedas, «lo venía madurando desde hace unos ocho años y lo escribí en dos días» (Murra y López 66), difundió su poesía inédita en quechua y escribió Tupac Amaru. La decisión para publicar este último poema, que claramente expresa su posición sobre las luchas indígenas, no dejó de ocasionar cierta aprehensión a su autor. Arguedas en una carta del 12 de Noviembre de 1962 dirigida a John Murra escribe: «El poema a ‘Tupac Amaru’, lo escribí en los tristes días en que se mataba comuneros. No estoy decidido a difundirlo. Te ruego que, si te es posible, me pongas unas líneas dándome tu opinión acerca de si podría ser interpretado como un llamado a la rebelión (...) No deseo ser en mi patria un ‘apestado comunista’. Soy un hombre libre; tengo discrepancias irremediables con los comunistas y, por otra parte, estoy en la lista negra de la Embajada de los Estados Unidos (Murra y López 84)».
Al parecer, juzgando la carta a Murra, el librito al momento de su edición fue poco difundido, por eso hoy es fácil de conseguir. A parte de lo dicho por el autor, el librito es muy interesante porque evidencia en la introducción escrita por Arguedas, su preocupación ante el porvenir de la poesía en quechua, continuidad que se dio felizmente en años recientes en obras de poetas como Isacc Huamán Manrique y Dida Aguirre (al respecto léase este agudo ensayo de Martin Lienhard, en la que también trata en parte de la poesía de Arguedas). La dedicatoria, muy emotiva por cierto, dice a la letra:

A Doña Cayatena, mi madre india, que me protegió con sus lágrimas y su ternura, cuando yo era un niño huérfano alojado en una casa hostil y ajena. A los comuneros de los cuatro ayllus de Puquio en quienes sentí por vez primera, la fuerza y la esperanza.
Alguna vez leí o le escuché decir a Ricardo Silva-Santisteban que la poesía de Arguedas estaba infravalorada en el entorno de la poesía peruana; nosotros pensamos lo mismo, por ello sería interesante leer este ensayo de Miguel Ángel Huamán al respecto. Si desean leer el texto completo en español lo pueden hacer desde aquí, porque lamentablemente el texto completo en quechua no está disponible en Internet ^_^

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De Tupac Amaru Kamaq Taytanchisman leamos el fragmento final:

Qasilla suyay
qasilla uyariy
qasilla qawaykamuy kay pachata
Allinraqmi kasiani ¡suyasianin!
Takisiaykun
tususiaykun,
takiyniykiwanraq, tusuyniykiwanraq.
Castellanutapas rimasianiñan,
maquinatapas, waranqa ruedayoq kaqtapas, kuyuchisianiñan,
sutikin ñoqaykuwan kuska wiñan, kallpachakun;
wayna weraqochakunapas uyarisunkiñan, reqsisunkiñan
hatun amauta raura kanchariq hinata.
Ñas pacha achikyay, runaq pachawaray kancharisianña,
ñas huk karu karu llaqtakunapipas
muchuq runakuna wamaniña kanku, hatun pawaq kunturña.
Qasilla suyay.
Mosqosqaykimantapas astawan karuturaq chayassaqku,
cheqnisqaykimantapas astawan fierutaraq cheqnisaqku,
kuyasqaykimantapas astawan, urpi urpi, tuya tuyaraq kuyasiayku.
Qasilla suyay, chay imay mana kuyaywan, chay imay mana cheqniywan
qan mana atisqaykita noqayku atisaqku.
Chiri puñuq qochata, yana qaqata,
wañuy qawaq chiririnkata,
runa llanpu sonqonta;
tukuy teqsi muyuntinpi, kausayniyoq mana kausayniyoq kaqta,
kay pachapi;
yawarniyoq urpita, runata, mana yawarniyoq, aqo, qaqata,
qochochisaqku, kancharichisaqku, maykamaraq, papay Amaru.
Santa Muerte sapallanña hamunqa, mana warakawan chanqasqa, mana runaq polvora illapapanpi toqyaspa.
Pachan runa kanqa, runañataq pacha,
qan sayay.

Uraykamuy Amary, samayniykita urpuchiway; sonqoypa llikanpi makikita churaykuy; kallpachaway.

De Tupac Amaru Kamaq Taytanchisman. Haylli-Taki. / A Nuestro Padre Creador Tupac Amaru. Himno-Canción, pp. 18-22.
© Herederos de José María Arguedas, 1962.